Restaurante: Mesón Yuyu

Me recomendaron el cocido y a pesar del calor nos gusto, mereció la pena, había mucha gente y estaban algo escaso de personal, los platos tardaban en salir, pero no nos importo porque estábamos a gusto y echamos la tarde, lo importante es que la comida estaba francamente buena, estofado de venado, chipirones encebollados, manos de cerdo, arroz con leche nada que objetar, con un vino cosechero nos cobraron 18 euros por menú (fin de semana y festivo) que parece acorde a la cantidad y calidad. Las instalaciones son de un típico mesón con carencias evidentes (sin aire acondicionado baños pequeños) pero mucho encanto como los mesones de antaño. Se agradece el servicio que aunque desbordado muy atento y 100% español que en estos días es raro en hostelería. En general recomendable para grupos pequeños.

Un poco cutre ya que queríamos seguir cenando, pedir más raciones y nos han dicho que no, que eran para otros clientes, alucinante!!!!!! Y un sólo baño. Muy mal servicio. Nada recomendable.

Muchas gracias por todo, hemos disfrutado de una comida de trabajo agradable y fructifera muy bien amenizada y acompañada de una excelente comida.... ¡que buenas estaban las asadurillas!!! Francamente nunca las había probado tan buenas... Volveremos seguro

Hemos disfrutado de una agradable comida el domingo, especialmente recomendable el cocido en pleno invierno, y el estofado de venado. Bien atendidos y buen ambiente, muy original e interessante lo de los cuadros y fotos que plagan todos los rincones, al parecer están representados todos los habitantes del pueblo en diferentes épocas (hasta 100 años), es como volver al pasado.. "cuentame como paso". Volveremos.

El pasado fin de semana hemos empezado con nuestro peregrinaje por las diferentes comarcas de Cantabria, para probar y hacer nuestro pequeño homenaje al cocido montañés. El lugar escogido para la ocasión fue el mesón Yuyu en Ruente (Valle de Cabuérniga). Antes de pasar a degustar el cocido, estuvimos tomando en la terraza unas cañas acompañadas de sus correspondientes rabas. Éstas, que tienen bastante fama en este restaurante, estaban un poco sosas y grasientas, detalles que siendo subsanables nos dejarían como resultado unas rabas de buena calidad. El mesón no es muy grande, por lo que en condiciones normales es necesaria la reserva. Tiene dos plantas; en la planta baja está la barra y algunas mesas, que en las horas de las comidas también son usadas a tal fin. En la planta superior está un pequeño pero acogedor comedor. El mesón no cuenta con carta propiamente dicho, sino con menú, que en sus platos referentes no suele cambiar durante todo el año. Como primer plato nos decantamos, que para eso íbamos, en una amplia mayoría por el cocido montañés. En cuanto a él podemos decir que en lineas generales gustó mucho, pero que bajo mi criterio tiene dos pequeños fallos. Uno de ellos es el uso de morcilla de año o añoja, aparte de la de arroz, la cual confiere al cocido demasiada potencia al paladar y el otro es el uso de alubias de no mucho calibre, y creo que éstas deben ser el actor principal del plato. Salvo estos matices creo que el cocido estaba muy bueno