Restaurante: El Tinglado

Llegamos a este restaurante luego de la recomendación de un camarero de otro de los restaurantes de la cadena Monchos, el Botafumeiro, pensando en una oferta similar, de precio inferior y frente al mar.

Era cumpleaños de mi hijo, y ante la imposibilidad de celebrarlo en el Botafumeiro (los tiempos no están como para hacer mas de 2 cenas al mes en este tipo de restaurante), decidimos seguir la recomendación.

Al entrar nos dimos con la sorpresa de que el local estaba bastante lleno, pero como teníamos una reserva hecha, pues nos sentíamos seguros. La sorpresa empieza allí, LA RESERVA NO ESTABA HECHA!, o por lo menos fue lo que me dijo una persona que iba por allí con una especie de carpeta, mientras me decía que espere y gritaba a un camarero. Explique mi situación a otro "camarero" que corría por allí y ni se dignaba a decir buenos días, y me respondió con un "no español" (yo entiendo que haya muchos inmigrantes en el negocio de la restauración, pero en este local TODOS eran de fuera, cosa que tampoco es mala, pero al menos podrían tener una persona para recibir a los que llegamos por la puerta).

En eso, se nos acerco un caballero que parecía entender el español, y llevaba una corbata llamativa (por lo que me hizo pensar que era algún tipo de encargado), le empece a explicar mi situación, y el hombre me miraba con cara de aburrido (o mas bien de resaqueado de la noche del Sabado), pero cuando escuchó la palabra Botafumeiro, se le encendieron los ojos.

Mando limpiar una mesa, y nos la ofreció, luego, sin darnos la carta comenzó a ofrecernos productos, nos comento sobre un tipo de Mariscada (la cual siempre como en el Botafumeiro) con diferentes mariscos y un vino blanco "normalito pero buenísimo" (o al menos así lo consideraba el), y me pareció genial, el problema fue no ver la carta (yo pensé que al ser un local inferior, por llamarlo de alguna manera, de la cadena las cosas iban a ser de inferior precio.

El servicio fue normal de un chiringuito de playa, gente corriendo y gritando, y el hombre de la corbata acercándose demasiado a nuestra mesa, pero nunca preguntando si las cosas iban bien, el marisco era "normal" y la mayor parte sabia congelado.

Al final, comente al camarero que era cumpleaños de mi hijo, fue directamente al individuo de la corbata, y se lo comento, automáticamente aparecieron diferentes postres (que no habíamos pedido) y uno con unas velas, el tipo de la corbata comenzó a decirle a mi hijo lo que el era a su edad, y la verdad hacia comentarios fuera de lugar. Yo vengo a comer con mi familia, no a enterarme de la vida de este hombre.

La mejor parte, y mas dolorosa, fue la cuenta: LA TAL MARISCADA, ERA SUBIA CASI 700 EUROS, CASI TODOS LOS PRODUCTOS HABIAN SIDO COBRADOS POR SEPARADO, Y A PESO, CUANDO LA MARISCADA DE UN RESTAURANTE NORMAL, O DEL MISMO BOTAFUMEIRO CUESTA ENTRE 90 A 120 EUROS! EL VINO "NORMALITO" SUBIA A CASI 30 EUROS LA BOTELLA, Y EL ENCARGADO DE LA CORBATA HABIA "DESAPARECIDO" COMO SI LE DIERA VERGUENZA VERME LA CARA O TUVIERA MIEDO DE MI REACCION.

Era cumpleaños de mi hijo, así que decidí comportarme, pague, no deje ni un centimo de propina, y me retire, NADIE SE DESPIDIO DE MI, EL DE LA CORBATA NI RASTRO! Es un ROBO de lugar, y el Botafumeiro también me ha perdido como cliente,

espero esto sirva para otros.