Restaurante: Thaï Gardens

Me encanta la comida asiática y una de mis favoritas es la tailandesa. Decidí hacer una reserva para cenar y ese fue mi primer error. Ahora entiendo porque había tan poca luz, no era para crear un ambiente romántico, era para que no vieras la comida. Las empandillas eran din sum de los peores que he probado, rellenados con algo rosa, que decían era cerdo. Increíble con esos precios y poniendo de relleno salchichas, de las malas y encima el plato frío. Luego pedí solomillo de ternera cortado en tiras, y os aseguro que eso podía ser falda, cadera pero nunca solomillo. Bueno vamos a ver las vieras, pensé, pues tampoco, crudas y sin sabor por lo que ni siquiera las habían descongelado correctamente. En definitiva en un restaurante lo importante es la principalmente la comida y puedo asegurar que lo que se come ahí no es tailandés sino tal vez cantonés. No se puede cobrar esos precios por mal comer en un jardín. Menos reverencias y mejor comida. Me pregunto como ha aguantado eso tanto tiempo abierto.

El lugar está exquisitamente decorado, hasta los lavabos tienen un toque original y elegante. La comida es deliciosa y un menú muy variado. Los cócteles bien elaborados, y con amplia carta de vinos. El ambiente agradable, sobrio y elegante. El personal excelente, atento y vestidos con trajes típicos thailandeses. El precio del menú degustación es un poco costoso para nuestro gusto, pues hay otros sitios de comida thailandesa con precios más razonables. Aquí se paga el sitio, aunque repito, las instalaciones son muy lindas con jardines y piscinas con encanto. He dejado lo malo para el final, ya que fue el final bastante desagradable, y es que el restaurante tiene "supuestamente" servicio de aparca coches, a la entrada ( lloviendo) uno de los hombres de la entrada lleva nuestro coche a aparcar... Pero al salir nos encontramos con que el hombre nos entrega la llave y nos envía a recogerlo a nosotros a dos calles, que para cruzar no tenemos un solo paso peatonal, y además, con esquina peligrosa (pues es plena subida de los coches de los coches que vienen de la m30). Le comentamos que estaba lloviendo ( ellos tenían chubasquero) pero uno de ellos respondió y que? El coche lo tiene en la otra calle cruzando. No se trata de que creamos que tenemos sirvientes o algo así, simplemente que si se ofrece un servicio de este tipo no es correcto que reciban tus llaves para luego no traerlo en plena lluvia, y nosotras con tacones... El servicio se mira desde la entrada hasta el final.. Ya que ese simple detalle empañó la velada y nos dejó la imagen del servicio del restaurante al final reprobable.

Fui el sábado pasado y mi decepción fue grande. Hace unos años, cuando estaba en jorge juan, fue unos de los restaurantes más famosos de Madrid, y la fama la tenía bien ganada. Luego cambió a paseo de la habana, y no se el porqué, pero empeoró la comida y el servicio. Y ahora que se han trasladado a arturo soria, no queda nada de ese maravilloso restaurante. El servicio deja mucho que desear, la carta ha cambiado bastante, y la calidad de la comida(aún sigue estando buena, faltaría más) ha bajado mucho. Y luego hay cosas que no deberían hacer, como por ejemplo cobrarte 16 € por un gin-tonic de tanqueray normal y corriente. La media de la cuentoa sigue siendo unos 45€ por persona. Yo(lamentándolo mucho, porque era de mis preferidos) no lo recomiendo, creo que hay tailandeses mucho mejores ahora mismo en Madrid.

Ayer por la noche fuimos a cenar al de arturo soria, fue una sorpresa. El personal fue muy atento, pero las instalaciones dejaron mucho que desear, estaban en obras, el único aseo que tenia puerta no te dejaba aislada del exterior, ya que había un espacio sin rematar entre el cerco y el ladrillo de la pared, este espacio vacío era desde el techo al suelo midiendo más o menos entre 10 o 15 cm de ancho. Muy surrealista.

Comida oriental de calidad. el ambiente inigualable, todo con madera de teca y orquídeas, los baños super cuidados. ideal para ir en pareja y pedir el menú degustacion para probar todos los platos, el postre lo sirven con flores en el plato. el servicio es buenisimo siempre estan pendientes de que no te falte bebida en la copa. también hay música, oriental en vivo de fondo.
antes había aparcacoches pero la ultima vez no vi a nadie en la puerta.
La carta de vinos es muy completa, yo recomiendo un blanco con el menú degustacion.