Restaurante: Amaranto

Ayer fui a cenar al Restaurante Coral del Hotel Boston, guiado principalmente por la "fama" de sus jornadas gastronómicas. En este caso eran jornadas Gallegas y sus Costas, suficiente reclamo para probar.

En primer lugar quiero hablar de la comida, que para eso es un restaurante. Yo no soy un crítico especialista ni nada por el estilo, pero reconozco que me gusta disfrutar de la comida y en mi opinión, el menú que me ofrecieron no estaba a la altura ni del lugar (muy acogedor y bien decorado), ni del servicio (excelente el trato personal, la atención y disposición de las dos camareras que allí se encontraban). Para comenzar, el aperitivo compuesto por una crema de calabacín y una cuchara con tartar de salmón, estaba excesivamente salado (y yo no cocino sin sal).

La decoración del plato nada sorprendente.

Como entrantes elegimos una ensalada con ventresca de bonito y un salpicón de pulpo, mejillón, etc y un ostra. La ensalada estaba bastante conseguida, quizás pecaba de exceso de aceite.

El salpicón discreto.

A continuación, una parrillada de trigueros, calabacin, setas y foie fresco y un arroz de pollo con frutos del mar. En cuanto al foie puedo decir que estaba demasíado hecho y con exceso de salsa por encima (no me gustan los platos con mucha salsa disimulando los sabores originales). El arroz bien, pero no excelente, y eso que los arroces son una de las especialidades se supone.

Seguimos eligiendo una carrillera estofada de ternera gallega con diversas florituras y más y más salsa (y además pecando de salada otra vez), y un solomillo....por decir algo, porque me he comido filetes de lomo más tiernos. Una verdadera lástima de elección de carne, la verdad.

Para terminar nos sacaron una variedad de postres compuesto por tartita de chocolate con mermelada (parecida a la sacher), un buñuelo relleno de crema pastelera, un bizcocho doble (bastante insípido y reblandecido) y una fresa con una base de caramelo. Ni fu ni fa.

En cuanto al vino, pues el recomendado, un D.O. Rias Baixas blanco bastante suave y sabroso (no entiendo de vinos).

En resumen y valorando de 1 a 10, servicio=10; climatización, ambientación, detalles (licores y cafés en el piano bar incluido en el precio)=10: comida=5,5.

Por un precio final de 99 € más la propina correspondiente, opino que es caro, y que se tendría que exigir mucho más a un restaurante que presume de una jornadas gastronómicas y situado dentro de un hotel de 5 estrellas.

Por cierto, el pianista, además de excelente, tuvo el detalle de tocarnos un precioso bolero con el que pudimos bailar mi pareja y yo...sin duda lo mejor de la velada.